El término “defensor de los derechos humanos” se ha extendido a partir de la declaración sobre los mismos adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1998. Describe a la persona que individual o colectivamente actúa promoviendo o protegiendo los derechos humanos, ya sean civiles, políticos, económicos, sociales y/o culturales, tanto de personas concretas como de colectivos minoritarios o no y que por su vulnerabilidad soportan un alto grado de exclusión social o política.
El trabajo de los/as defensores/as de los derechos humanos es bastante amplio tanto en el área de protección como en la de prevención y promoción, pudiendo intervenir en situaciones de discriminación, pasividad de los gobiernos ante violaciones de los derechos humanos, reivindicaciones de colectivos minoritarios, detenciones arbitrarias, etc.
Por el alto riesgo que corren es fundamental la capacitación continua en seguridad y protección con el fin de seguir unas normas para la seguridad del propio afectado y de las personas que lo rodean.
En esta línea se ha desarrollado el Manual de Protección para Defensores de Derechos Humanos de Enrique Eguren (Front Line, 2005) donde se dan una serie de pautas a tener en cuenta en la protección de los/as defensores/as y que son susceptibles de ser atacados/as por el trabajo que están llevando a cabo.
Eguren analiza las zonas de trabajo y cómo mejorar su seguridad así como en la casa del /de la defensor/a. Valora el riesgo y cómo prevenirlo con planes de seguridad y cumplimiento de las normas y trata temas concretos como es la seguridad de las defensoras de los derechos humanos por el riesgo implícito y añadido que corren por su condición femenina; la seguridad en zonas de conflicto armado y un tema de suma importancia que es las comunicaciones, sobre todo en lo que respecta al uso del ordenador e Internet por la amplia repercusión que puede tener la información en ellos transmitida.
En un tema como la seguridad personal prevenir es de suma importancia, es contar con las herramientas y conocimientos necesarios y puestos a punto para una reacción adecuada al problema. Obliga a mejorar continuamente la seguridad reduciendo el factor vulnerabilidad casi a cero, lo que impide pueda ser aprovechado por los atacantes. También ayuda a conocer las amenazas y cómo darles una solución o soluciones adecuadas para evitar así entrar en un círculo de miedo permanente, o lo que es peor, que produzcan el efecto contrario: la rutina y el agotamiento.
Esta presentación en Flash, permite hacer un recorrido por los diversos capítulos del libro, extrapolando las ideas principales que el Manual nos aporta.
http://protectioninternational.org/wp-content/uploads/2012/04/Nuevo_Manual_Proteccion.pdf