El acceder a los beneficiarios del trabajo humanitario, víctimas de conflictos o desastres, no suele ser tarea fácil. En ocasiones, a la ya difícil situación que les hace ser sujetos de asistencia, hay que sumar el contexto geográfico en donde se encuentran, lejos de núcleos o de cualquier vía de comunicación.
Si bien hay veces que llegamos donde están con vehículos, en muchas otras el acceso será por río, por aire, a lomo de bestia o a pie.
En 2001 viajando en una lancha de la Cruz Roja tuvimos un accidente y algunos acabamos en el agua… era un río estrecho y poco profundo… y aunque parezca otra cosa esta situación puede ser mucho más peligrosa que la contraria. Por lo estrecho es más fácil chocar contra la orilla, y por esto mismo y por lo poco profundo el golpe que se lleven tus huesos puede ser mayor que en aguas abiertas…
No paso nada, casi perdemos el motor y un sustillo que me hizo reflexionar… sobre todo al verme en el agua con un chaleco poco apretado que tiraba para arriba flotando y el resto de mi cuerpo para debajo de modo que mis brazos estaban prácticamente inmovilizados.
Años después volví a trabajar en la misma región con otra organización y casi todas las salidas eran “al río” y me animé a hacer una recopilación de consejos para elegir y usar bien los chalecos salvavidas, para que cumplan su función principal y no te inmovilicen como me pasó en aquel entonces.
Hoy miro este manual y me parece que habla mucho, demasiado, de salvavidas, y poco, casi nada, de otras medidas de seguridad abordo.
En cualquier caso, es tan habitual ver a los ocupantes de las lanchas sin salvavidas que merece la pena insistir en ello.
Es tanta la gente que cree que basta con saber nadar o que el agua está blandita…vamos a ver, normalmente uno no acaba en el agua porque decide tirarse sino porque se estrella contra otra lancha, contra un tronco, o contra el fondo en sitios poco profundos… y si te estrellas te vas a pegar un buen golpe, y si estás aporreado, puede que con huesos rotos o inconsciente, no debes contar con tus habilidades playeras…
Así que aquí está, un pequeño manual para usar chalecos con algunos consejos de seguridad a bordo.
Una recomendación para leerlo, cuando creas que ya has leído suficiente de chalecos salta a la última parte “Otras normas de seguridad a bordo”, lo que ahí se dice es corto pero fundamental